"Tienes que ser el cambio que quieres ver en el mundo"

Mahatma Gandhi

En estos tiempos tan álgidos es necesario que cada uno aporte "pensamientos de Paz con Amor"; realizando un cambio en nuestro actuar cotidiano.

Es vital reflexionar que el género Humano se esfuerza en comprender los orígenes, la formación del Universo y resta importancia a una realidad física concreta, "cada acto tiene una consecuencia".

Por lo general se ve al otro nuestro prójimo, como un medio u objeto que es utilizado en beneficio propio sin mediar consideración alguna. Al mismo tiempo cuando los resultados no son los que esperamos, rápidamente ponemos las culpas y los fallos afuera, en el otro. Observemos que, desde temprana edad, la primera respuesta es "Yo no fui".

Un recomendable ejercicio sería detenerse un instante,  recordar en que momento y por qué circunstancias quedaron en el olvido los códigos de "Ética Interna", que a su vez son antagónicos a los "Conceptos Morales".

Pensemos cuantas veces en nuestra vida nos  Jactamos que…;  Vanagloriamos por…; Presumimos de…; etc., estas situaciones son la justa manifestación oculta de la SOBERBIA. La cual es considerada como el principal de los Pecados Capitales (errores de la cabeza).

Observemos las frases descriptas por el Dr. Edward Bach en relación al origen de todos los padecimientos del Hombre como género. El postulaba que la enfermedad es el producto del alejamiento entre el Alma y la Personalidad; intentemos comprender a que se refería.

Viendo el significado de la palabra Alma, de acuerdo con varias tradiciones filosóficas y religiosas, Alma es lo que brinda el principio vital o esencia interna de cada ser vivo por medio de la cual estos tienen una determinada identidad.

La Personalidad, del griego, peri soma (alrededor del cuerpo) puede sintetizarse como el conjunto de características o patrón de sentimientos y pensamientos ligados al comportamiento, es decir, actitudes, hábitos y la conducta de cada individuo, que persiste a lo largo del tiempo frente a distintas situaciones distinguiendo a un individuo de cualquier otro haciéndolo diferente a los demás.

Con lo cual cuanto más nos alejamos de nuestra esencia, por los hábitos o conductas impuestas de la vida actual, persiguiendo recetas para lograr el éxito. Nos olvidamos de la máxima que el gran arquitecto, creador o Dios como queramos llamarle nos ha consignado “SER FELICES”.

 

En sus misceláneas el Dr. Edward Bach escribía en 1933:

"(...) En lo relativo al principio básico, la falta sobre la tierra es el deseo de cosas mundanales: un gran peligro en el cielo es la codicia y un deseo excesivo por las cosas espirituales. Y así como en la tierra la codicia puede ser un obstáculo para el alma, se encontrará el mismo fenómeno en la vida espiritual, donde la completa humildad y el servicio son más necesarios que el deseo de perfección.

El deseo de ser bueno, el deseo de ser Dios, puede ser un impedimento en la vida espiritual, así como el deseo de oro o poder es una experiencia terrenal. Cuanto más uno avanza, lo más elevado debe ser la humildad, la paciencia y el deseo de servir.

En el viejo sendero se combatía la codicia por el oro (el oro es el emblema del poder terrenal); en el nuevo mundo, extraño como parezca se combate la codicia por el bien. "¿Quién de nosotros será grande en el Reino de los Cielos?"

El obstáculo al avance espiritual es el deseo de progreso.

En este Reino el "ser" es no aspirar: el "ser" conlleva su propia recompensa. Esto se refiere no sólo a esta vida, sino más bien a aquellos que buscan un mundo espiritual. No debe haber deseo de ser bueno, ni deseo por rápidos progresos o perfección, sólo es necesaria la humilde satisfacción de ser llamados a lo más alto.

En este dominio no progresamos por nuestro propio esfuerzo, sino que simplemente esperamos a ser considerados dignos.

Sobre la tierra, esfuerzo; en el Cielo, lo inverso.

Esto significa que incluso hacer grandes sacrificios por el deseo a obtener grandeza espiritual, incluso esto es erróneo. Es como el joven rico que dijo, "Todas estas cosas que he hecho", pero eso no le abrió las puertas del Cielo.

El único camino es el servicio impersonalmente hecho, ni siquiera para la promoción espiritual, sino sólo por el deseo de servir. Es la clave de los impedimentos que usted investiga ahora.

Debemos acostumbrarnos a pensar que nuestros cuerpos no cuentan, que el yo no debe existir; luego debemos comprender que nuestras almas no deben contar.

Para el siguiente advenimiento de Cristo, no hay muchísimas personas que, para darle la bienvenida, deberán ser capaces de trascender sus naturalezas físicas y realizar su espiritualidad".

Extracto publicado en el libro "Cúrese Usted Mismo" (Dr. Edward Bach, 1933):

"(...) No nos detengamos a mirar con pesar las caídas del caminar. Ninguna gran ascensión se ha hecho nunca sin tropiezos ni caídas, y hay que considerarlas como experiencias que nos ayudarán a tropezar menos en el futuro. Ningún pensamiento sobre errores pasados debe deprimimos, ya que han pasado y terminaron, y el conocimiento así adquirido nos ayudará a evitar repetirlos. Debemos apresurar firmemente el paso avanzado, sin pensar y sin volver la vista hacia atrás, pues el pasado de incluso hace una hora, ya está atrás, y el glorioso futuro, con su resplandeciente luz, siempre está adelante de nosotros".

Las cosas no son como las vemos, sino como las miramos. Intentemos disfrutar cada momento del día, agradeciendo por la nueva oportunidad de ejercitarse para ser feliz.

 


Exitos, hasta la próxima. Miriam y Alejandro.